Ante la llegada de la Semana Santa, los que creemos en Jesús de Nazaret nos emocionamos y nos sensibilizamos ante un hombre que fue capaz de dar la vida por sus amigos de la manera más cruel, y por defender el más bello de los mensajes que se puede dar a la humanidad. Que estos días signifiquen para los cristianos un " recargar las pilas" y manifestar con nuestros actos que aquel hombre no murió en vano.
Por original y por apropiado, cuelgo el Buenos Días que hemos leído hoy en Salesianos a las 8.00 de la mañana, espero que os guste.
¡¡Felices vacaciones, buena Semana Santa y Feliz Pascua!!!
Buenos Días del día 13/4/2011
Semana Santa Deportiva
Jesús es condenado a “chupar banquillo.” A pesar de haber realizado una gran pretemporada en la que ha dado todo por y para el equipo, a la hora de la verdad no cuentan con Él. Su juego no es atractivo, molesta; el aficionado quiere, simplemente, pasar un buen rato y no complicarse demasiado la vida.
Jesús con la botas a cuestas. Ya no sólo le han dejado en el banquillo y le han privado de un dorsal, de una oportunidad… A Él, que era una promesa, lo nombran utillero del club… Pero no se desespera: se agacha, se arremanga la camisa y da ejemplo de servicio al vestuario.
Jesús cae por primera vez bajo el olvido de la afición. Todavía recuerda cuando firmaba autógrafos y era reclamado en la sala de prensa… Ahora todo ha cambiado y tiene que aguantar el cuchicheo de los hinchas que se mofan del que iba para estrella.
Su madre, “su representante” le abre sus brazos. Ella ha confiado en Él desde el primer momento. Ahora que no cuentan con Él, no va a las oficinas del club a expresar su malestar. Sabe que su Hijo un día saltará a los campos de la vida y entonces....
Su madre, “su representante” le abre sus brazos. Ella ha confiado en Él desde el primer momento. Ahora que no cuentan con Él, no va a las oficinas del club a expresar su malestar. Sabe que su Hijo un día saltará a los campos de la vida y entonces....
Un aficionado enjuga el rostro de Jesús. Todos los domingos más de 50.000 almas vitorean al equipo y, sin embargo, sólo uno es capaz de reconocer en el rostro de Jesús a ese jugador que, hace bien poquito, causaba el delirio de la hinchada.
Jesús se aparta de las palmaditas en el hombro. “Ya verás, todo volverá a ser como antes”. “Cuánto siento lo que está pasando…” A Jesús no le gusta la lágrima fácil; necesita a su lado personas que se comprometan, que les duela el escudo del equipo y que la única cláusula de rescisión que firmen sea la de no abandonar jamás a su hermanos más necesitados.
Jesús es despedido. Sin finiquito, Jesús tiene que salir por la puerta de atrás y abandonar el club por el que tanto había trabajado, tantas ilusiones había puesto, tantos sueños había depositado.
A Jesús le despojan de los colores de su equipo. No se han conformado con echarle, sino que ahora le prohíben que muestre su única pertenencia: El amor por los demás.
Jesús desaparece. Ya nadie habla de Él, todos acaban convenciéndose de que no valía, de que ningún otro club se va a hacer con sus servicios. Todos tranquilos, que siga el juego…
Su madre acude a su encuentro. La que le descubrió, su ojeadora, su representante es la única que no se olvidad de Él y, a pesar de que las gradas están vacías, ella espera confiada que vuelva.
Jesús vuelve a los campos de la Vida. ¡No, no, no estoy de broma! Ese que ves peloteandode forma espectacular es el mismo por el que hace bien poco nadie apostaba. ¿O no le reconoces?... Amigo, salta al campo, salta a la vida, esta vez sí, Jesús te necesita para su equipo…
¿A qué esperas?
esa historia no es la de Jesús... ¡es la de Raúl! xD
ResponderEliminarJajaja, pues sí es verdad, o sea que me estás contando que Jesús es......¡¡no puede ser!!
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